En fin, ya llegamos a Septiembre. Agosto es desde hace tiempo para mí como un domingo por la tarde: no veo el momento de que llegue la mañana del lunes. Ya, ya sé que a otros los deprimen los lunes. ¿Qué puedo decir? Entre la gente que viene y va por el barrio, el calor y un par de muebles en casa tirados por la carcoma (y a la espera de los nuevos), éste mes ha sido un auténtico despiste. He podido dibujar, pero el portátil ya suena como una cafetera y el sonido renqueante de su ventilador me distrae de hacer cualquier cosa que implique pensar. Así que poco he actualizado el blog. En fin, un pequeño esfuerzo y seguimos en la brecha.
El 27 de Julio se celebró el Festival Aéreo en Gijón. Si no lo habéis visto nunca, es bonito y lleva 17 ediciones ya. Es para verlo al menos una vez. Pero éste año no apetecía verlo porque: a) Ya son 17 veces, b) dura cinco horas y c) el ruido del los reactores en vuelo rasante (son pocos pero se notan) es una burrada, te quedas sordo. La familia decidió pirarse y fuimos de paseo: Somao, San Esteban de Pravia (donde comimos) y Luarca. Y una parada final en Parque Astur, a tiro de piedra de Avilés. Por echar un vistazo, un poco de cada vez.