Jack Nicholson en 'Algunos Hombres Buenos'

Cor. Jessup: Seguimos órdenes, hijo. Seguimos 

órdenes ó la gente muere. Es así de simple. ¿Está claro?

Kaffee: Sí, señor.

Cor. Jessup: [más bajo y más duro] ¿Está claro?

Kaffee: Cristalino.

('Algunos Hombres Buenos', Rob Reiner, 1992) 

El mes pasado pillé por la tele 'Algunos Hombres Buenos'; ya la había visto antes y me perdería los diez primeros minutos, pero fue empezar a verla y no parar hasta el final. Dado mi nivel de atención en la tele, donde zapeo con pasión cada vez que veo anuncios, es todo un mérito.

Dentro del género policiaco y/o criminal, el subgénero de las películas de juicios aparece como una especie de western, con sus códigos y ritmos propios. En muchos casos, trata de librar a un inocente ó de buscar un culpable (no necesariamente las dos cosas juntas); pero al final se trata de descubrir la verdad. O, al menos, un enfoque de la verdad. Y, como el western, puede ser algo totalmente rutinario ó, como en el caso de esta película, una pequeña pieza de relojería, en la que nada sobra. Y si falta algo, lo disimula muy bien.

Pensando en eso, quise hacer un dibujo relacionado con la película, y me fui directamente a la ficha de Imdb sobre la película, que tiene un buen surtido de fotos. Podía haber elegido cualquier personaje, porque todos están perfectos en su papel; pero me atraía poderosamente la posibilidad de hacer a Jack Nicholson, apenas tiene cuatro apariciones en la película, pero cada vez que aparece se come la pantalla con patatas y guarnición.

Aquí está al principio de la secuencia cumbre del interrogatorio en el tribunal. Una escena bastante sobria, en la que aparece el fondo ligeramente desenfocado (lógicamente, el enfoque va sobre el actor). Me llevó dos sesiones de lápiz poder definir el rostro, me volvía loco, porque no era capaz de hacer bien los ojos. Cuando tuve los ojos, no parecía capaz de colocar la boca a la altura adecuada. Me quedó al final un rostro más perfilado de lo habitual en mí, y muchas dudas sobre su parecido.

Lo que sufrí en el lápiz, lo disfruté en la sesión de tinta. Perfilé al actor y puse los negros con un pincel del 2, como de costumbre. Me relajé haciendo el fondo con el pincel pequeño de estarcido, y tres tiras de cartulina para definir bordes (lo que los cursis llaman stencil). 

Finalmente, hice la aguada con otro pincel del 2, para dar tono y volumen. Lo dibujé a tamaño cuartilla, en la libreta japonesa, y todo con tinta Talens, que tiene unos negros muy compactos. No estoy seguro al cien por cien del parecido, pero estoy muy satisfecho del resultado, creo que es de lo mejor que tengo hecho.

Bueno, hasta aquí, gente. Que os vaya bien y Felices Fiestas. Antes de Año Nuevo nos vemos.