Tostadora, jarra con vasos y paquete de kleenex

  Hace unos días, pasé por un centro comercial local y me di un paseo por la zona de los materiales de dibujo. Pillé media pastilla de acuarela blanca opaca (la que me venía con el estuche de acuarelas es demasiado transparente) y dos cálamos. Éstos últimos tenía interés en conseguirlos porque no se encuentran fácilmente: no son caros, pero no suelen usarse habitualmente. 

Un cálamo es una caña seca cortada en su extremo para poder hacer trazos con tinta, y uno de los útiles de escribir más antiguos de la historia. Tienen un trazo grueso y hay modos más fáciles de dibujar ó escribir, pero tiene su propia energía, por así decir. Y a veces viene bien volver a lo básico.

Decidí probar el cálamo y la acuarela blanca haciendo un dibujo. Elegí un rincón de la cocina, en el que estaba la esquina de un banco corrido en forma de L, y tenía una serie de objetos encima. No los dibujé todos, e inicialmente sólo iba a hacer la tostadora, añadí la jarra con los vasos anudados y el paquete de kleenex después de hacer el boceto, que hice casi sin medir proporciones; eso hizo que el conjunto me quedase un poco ladeado, pero bueno, ahí quedó.

El dibujo lo hice en un hoja tamaño cuartilla en papel de bambú, con acuarelas escolares, de Jovi, y apliqué la acuarela blanca para sacar brillos a la tostadora y a la jarra. La cenefa de flores es del alicatado de la pared, y he tratado de seguir el volumen del pilar en la esquina.

Me he limitado a usar el cálamo (con tinta de Talens) para perfilar objetos y remarcar un par de zonas oscuras. El papel era delgado, y la humedad de la acuarela hizo que una de esas zonas se desparramara un poco. Como prueba es satisfactoria, y como dibujo, bueno, personalmente me convence.