sábado, 20 de septiembre de 2025

La Casa de la Torre en Somao


Cada año, y paralelo a la entrega de los premios Princesa de Asturias se suele elegir un pueblo de Asturias como Pueblo Ejemplar. Este año le tocó a Valdesoto, pero en 2020 fue Somao, en el concejo de Pravia. Para no ver (y sobre todo, oír) de nuevo el Festival Aéreo de Gijón, fui con mi familia allí en Julio. El lugar tiene una concentración de casas de indianos, pero son viviendas privadas y no pueden visitarse; al menos, en domingo, que es cuando fuimos. El pueblo es bonito, desde luego, pero la visita no dió para más que un breve paseo admirando las casas y un vermut en la terraza del Centro Comunal.


Antes de bajar a San Esteban de Pravia para comer, bajamos por el otro lado del pueblo hacia los coches y vimos la Casa de la Torre, también llamada la Casa Amarilla, al otro lado de un prado. En la ida habíamos pasado por la verja de la puerta, a su lado había un cartel con un dibujo del edificio, informando que era de 1912 y que había sido diseñado por Manuel del Busto, un arquitecto que hizo bastanes obras en Gijón.

domingo, 7 de septiembre de 2025

Parasoles en las piscinas de agua salada


En fin, ya llegamos a Septiembre. Agosto es desde hace tiempo para mí como un domingo por la tarde: no veo el momento de que llegue la mañana del lunes. Ya, ya sé que a otros los deprimen los lunes. ¿Qué puedo decir? Entre la gente que viene y va por el barrio, el calor y un par de muebles en casa tirados por la carcoma (y a la espera de los nuevos), éste mes ha sido un auténtico despiste. He podido dibujar, pero el portátil ya suena como una cafetera y el sonido renqueante de su ventilador me distrae de hacer cualquier cosa que implique pensar. Así que poco he actualizado el blog. En fin, un pequeño esfuerzo y seguimos en la brecha.


El 27 de Julio se celebró el Festival Aéreo en Gijón. Si no lo habéis visto nunca, es bonito y lleva 17 ediciones ya. Es para verlo al menos una vez. Pero éste año no apetecía verlo porque: a) Ya son 17 veces, b) dura cinco horas y c) el ruido del los reactores en vuelo rasante (son pocos pero se notan) es una burrada, te quedas sordo. La familia decidió pirarse y fuimos de paseo: Somao, San Esteban de Pravia (donde comimos) y Luarca. Y una parada final en Parque Astur, a tiro de piedra de Avilés. Por echar un vistazo, un poco de cada vez. 

El Windora

  Un pasito palante, dos pasitos patrás: siendo sinceros, aquí no he ido muy fino. Pero el barquito tiene su historia. ¿Os la cuento? Veng...

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