Ahora le toca a Gaspar: se supone que Melchor es rubio (y no, no tengo figura de él, mala suerte). Ésta vez es un imán, y no me acuerdo de cómo lo conseguí, aunque tengo la impresión de que salió en un Roscón de Reyes. Habitualmente lo tengo pegado en la luz de cabecera de mi cama; que está a un lado de la cama, en realidad, porque originalmente era una habitación con dos camas. Pero no cambié la luz de sitio cuando me instalé, y ahora me da pereza. En fin, hace que leer de noche sea entretenido.
Esta vez no usé la libretilla de cuero porque acababa de dibujar en ella, y la dejé abierta, para que secase la tinta. En vez de eso, usé un recorte que me quedaba de papel de acuarela de grano fino, de un tamaño ligeramente mayor. La tinta fue aplicada con plumilla.